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5 dic 2015

saturday hot. post playa

en general, el "yo" en la ficción casi siempre no es real y que en este caso en particular, no es real

inicio de los años noventa, época en la cual el internet aun no estaba masificado y los móviles recién se estaban dando a conocer. un verano un grupo de amigos de ambos sexos fuimos a la playa la encantada en una van que habíamos alquilado. allí tomamos sol, escuchamos música, nadamos, bebimos fanta y sprite heladas y comimos almejas con zarza entre otros manjares marinos que ya no recuerdo. al regresar como a eso de las cuatro de la tarde todos terminamos en mi casa pues, las casas de los demás estaban equidistantemente cerca y algunos se fueron a pie, quedándose tan sólo unos cuantos que se la pasaron conversando y escuchando música en el frontis de mi casa.

fue leyla quien primero me pidió permiso para darse un duchazo para quitarse los rezagos de arena que todavía tenía en el cuerpo utilizando para esto el cuarto de baño del primer piso. la misma solicitud me la hizo vanessa quien se terminó yendo a la segunda planta. yo entré después para contestar el teléfono que sonaba desde el escritorio. desde ahí se podía divisar lo que pasaba fuera de casa a través de la cortina entreabierta de una gran ventana polarizada. sonía me siguió de la manera más natural y entró conmigo.

cuando transpuse la puerta de la biblioteca el teléfono dejó de sonar y al notar la presencia de sonia detrás mío, le pregunté sobre si deseaba hacer una llamada.

-no. -me dijo al tiempo que desanudando la toalla que le cubría desde la cintura y mostrarme su diminuta tanga de color fucsia; añadió, al mismo tiempo que me mostraba una bonita sonrisa-, ¿qué te parece si hacemos un "rapidín"?

ni bien terminó de decir aquello, su culo desnudo ya estaba encima de su propia toalla colocada sobre el borde del viejo escritorio de roble que había pertenecido a la familia por cuatro generaciones y que de seguro nunca había sido utilizado para actividades tan divertidas como esta. en momentos únicos y especiales como este, aun con todo debido a la sorpresa, no caben preguntas retóricamente tontas como "¿qué?", "¿estás segura?", ni consideraciones morales del tipo "pero, si tanto tu chico antonio como lily mi chica están afuera y pueden entrar en cualquier momento y sorprendernos, metiéndonos en un gran lío", o preocupaciones gineco-sanitarias como "¿estás protegida?" o "¿y si nos da una enfermedad de transmisión sexual?". no, no caben, porque aparte de quedar uno como un idiota a los ojos de la chica que le hace a uno tal solicitud, una oportunidad como esta, se pierde, y es muy difícil que se vuelva a dar. lo otro es que éramos un par de inconscientes.

-¡guau, qué grueso que lo tienes, todas mis terminaciones nerviosas se han activado! -volvió a decir ella entre risas entrecortadas mientras yo no decía nada por miedo a echar a perder el momento con alguna frase fuera de lugar, limitándome tan sólo a intercambiar sonrisas con ella y a seguirle la corriente.

me hubiera gustado hacer muchas cosas con sonia para disfrutar de las delicias de su boca y de sus apetitosos y bien formados carnosos senos, pero me limité a ver su cuerpo bronceado el cual despedía una fragancia con olor a coco, a acariciar ligeramente sus muslos y a sostenerme de ella para la cópula frenética que se estaba suscitando, porque tiempo, lo que se dice tiempo, no teníamos; es más, cuando una mujer nos pide un "rapidín" en esas condiciones tan extremas, ya debíamos de haber terminado.

y ella estaba consciente de eso, y por eso mismo me decía todas aquellas cosas con esos ojos almendrados que me bailaban como sólo ella lo podía hacer, para terminar de excitarme lo más rápido posible y acabar cuanto antes.  y si ella estaba a mil, yo ya estaba a cinco, a diez mil revoluciones en un "mete y saca" que nos pareció interminable pero que duró apenas minutos.

al terminar nos separamos con un ligero beso en la boca y me fui a la cocina no tanto para servir los refrescos, sino para tratar de serenarme lo máximo que fuera posible y poner en orden mis pensamientos. desde ahí escuché a antonio preguntar a leyla, que ya había terminado de ducharse y estar de salida, por sonia, obteniendo como respuesta:

-se está duchando en la planta baja.

8 comentarios:

  1. Esto sí que fue un "rapidín". Terminé de leerlo más rápido que una bala.

    Tú síguele dando al teclado.

    Beso DRACO

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    1. ¡que le doy, que le doy!, al teclado claro está, jajajajaja.

      besos

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  2. Las mujeres amigas, siempre complices y cubriendose las espaldas. (Si Leyla se había duchado en el primer piso, la planta baja aún estaba ocupada.Si esa amistad complice de amiga hubiera sido Leyla-Lily, otro gallo te hubiera cantado)

    bonito relato

    saludos

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    1. ¿por qué se demoró tanto leyla al ducharse para sacarse una que otra arenita? ¡vaya usted a saber! creo que eso da pie para otro relato, je.

      saludos

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  3. Parece una escena de película de esas de domingo por la tarde en el sofá.

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    1. sí, no me sorprendería para nada que una escena así con matices diferentes ya se haya dado en alguna(s) de las millones de películas que se han filmado hasta el día de hoy alrededor del mundo debido a que en temas sexuales queda poco por inventar. personalmente nunca lo he visto.

      saludos.

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  4. Mira que me gustan a mí estos relatos tuyos de los sábados tan mmm ¿eh? me estoy aficionando a ellos :-) aunque sea una tardona para venir.

    Un beso dulce de seda.

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    1. no te preocupes, ya dice el dicho: "más vale tarde que nunca". además, tienes que atender a tus innumerables seguidores que también visitan tu muy apreciado blog.

      un beso.

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