el maestro internacional de ajedrez piotr arsenievich romanowski, viudo y sufriendo las consecuencias de un ataque al corazón que minó su organismo, estaba a cargo de sus cuatro hijas desde el inicio de la segunda guerra mundial. ellos vivían en leningrado y padecieron el asedio de los nazis.
lo siguiente, es el relato de él y de sus hijas de un año de sus vidas durante este terrible período histórico.
piotr romanowski
para no sentirse tan solo, cuenta sus penurias a elena alexandrova ranova, hija de un periodista que vivió la revolución de 1917. elena era pedagoga, amante de las letras y de las artes plásticas. una mujer muy culta como fácilmente se puede notar. ella estuvo en parís hasta 1917 estudiando en la sorbona. como nació en 1887 no podemos establecer, por falta de datos, si lo que la hizo establecerse en parís fueron sus estudios universitarios o el exilio al que tantos rusos fueron enviados por el zar nicolas ii. no tenemos más indicios de su vida, ni las contestaciones que le envió a romanowski, que suponemos le reportaban una gran ayuda moral.
"en 1939 tuve un ataque al corazón que destruyó mi organismo. tengo cuatro hijas: kira, de diecisiete años, svetlana de quince, rogneda, que tiene catorce, y anna, la pequeña, de cinco años. no tienen madre, se les murió."
también le indicó, confidencialmente, cómo educaba a sus hijas y la vida que estas llevaban.
"kira, la mayor, ha acabado el décimo curso. estudió con un promedio de cuatro notables. en literatura no va mal. quiere trabajar al acabar la escuela. svetlana cumplirá diecisiéis. está en el noveno curso. no es que sea muy lista, pero es tenaz. se dedica a las actividades sociales. tocaba el piano pero, a pesar de su obstinación, lo ha tenido que dejar porque no tiene aptitudes y no quiere ser una diletante mediocre. rogneda cumplirá quince años en octubre. juega mejor que las mayores al ajedrez, pero lo ha abandonado después de perder unas cuantas partidas con chicos de su clase. está muy interesada por 'el tema del amor'. ha leído todo turgueniev. la más pequeña, anna, tendrá seis años en octubre. es igual que su madre: comunicativa, no está ni un momento quieta, es imaginativa y una traviesa indomable. todavía no sabe leer ni escribir, pero conoce todas las letras de memoria. dibuja muy bien y esquía perfectamente. sabe colocar todas las piezas del ajedrez."
"las chicas son bastante independientes. somos amigos. pocas veces nos peleamos. a menudo les apetece leer mis versos. en otro tiempo fui poeta, incluso llegué a conocer personalmente a blok" (28 de marzo de 1941).
los ejércitos de hitler atacaron por sorpresa la urss la noche del 21 al 22 de junio de 1941. se recuerda que existió un tratado germánico-soviético (muy discutido por diferencia ideológica de los firmantes) de no agresión. la sorpresa fue relativa, porque el alto mando soviético conocía por uno de sus espías más famosos, sorge, que los alemanes no iban a respetar el tratado. pero, como tantas veces ocurre, este conocimiento no se quiso creer hasta que los hechos probaron su veracidad.
en la segunda quincena del mes de agosto, los nazis se encontraban a las puertas de leningrado. el 9 de julio romanowski había escrito que svetlana trabajaba en un turno de 12 horas diarias, duro trabajo si se recuerda por cartas anteriores que tenía diecisiete años. también indicaba que la pequeña anna cayó enferma con 40°C de fiebre, con pesadillas que presagiaban los dolores venideros. sus otras dos hermanas se dedicaban a la defensa del futuro ataque bélico contra la ciudad.
a primeros de septiembre, su hija rogneda entró en el batallón de konsomol, dedicado a apagar incendios. los momentos difíciles que pasó en leningrado los relata en otro de sus escritos con fecha del 15 de septiembre.
"vivimos bajo circunstancias extraordinarias. leningrado ya es el frente. las sirenas no paran de advertirnos que se acercan los junkers y los heikels (aviones alemanes) nuestros halcones, con un zum zum enérgico y tembloroso, sobrevuelan la ciudad y libran un combate cuerpo a cuerpo con los cuervos alemanes. anna está inquieta. por la noche, mientras crepitan los antiaéreos, corremos por la calle hasta el refugio. kira trabaja en la escuela de conductoras. incluso vive allí. de aquí a dos meses ya conducirá camiones. svetlana y rogneda van de un lado para otro buscando alimentos. ayer, las chicas y yo colocamos un montón de tablones en las ventanas. se rompió un cristal y eso que, al parecer, la onda expansiva venía desde muy lejos."
con la llegada del intenso frío invernal la situación todavía se agravó más. leningrado moría de hambre y frío. su carta del 15 de diciembre de 1941 es patética.
"repetimos a menudo una sola frase: todo nos falta. hace tiempo que ya no salgo a la calle. el corazón ya no me lo permite. se me hielan las manos cuando escribo. he aserrado dos mesas para la estufa. por la noche, que ahora empieza hacia las tres de la tarde, me alumbro con una pequeña luz que yo mismo he construido. las niñas acarrean constantemente agua desde el río fontanka hasta casa y al acabar, se van al comedor del comité de deportes donde les dan unos cuencos de sopa aguada. se pasan horas en la fila con este frío y sobre la nieve blanca anna pasea por casa con un abrigo de entretiempo y vigila el cielo a ver qué hacen nuestros aviones. 'que les arreen bien fuerte', grita. no quiere que le demos más pan que el que le corresponde. lo controla escrupulosamente."
hay que hacer constar que el cerco de leningrado nunca fue total. existió un pasillo hasta el lago ladoga, de unos cien kilómetros, al este de la ciudad, que permitía el paso de camiones con comida, a través del hielo del lago, en invierno, y con barcos, en verano, todo bajo intensos bombardeos nazis. en estas condiciones, las cartas de romanowski pudieron salir del cerco, y gracias a ello hoy podemos conocer su experiencia.
su impotencia, por su enfermedad, su responsabilidad de padre, su amor a sus hijas y a su patria, su desesperación ante el destino, es bien patente. los diversos jaques que le dio la vida y ese mate que no llegó cuando él, creemos, más esperaba, se reflejan en su última carta, cuando abandonó leningrado, enfermo, evacuado, y que escribió desde un hospital de campaña, donde la gravedad de su estado le hizo establecer una etapa más en su camino. el relato es estremecedor.
"ahora estoy en la clínica ferroviaria de la ciudad de alexandrov. estoy muy débil. debido a mi enfermedad, me evacuaron en un convoy especial, pero me han bajado en esta estación porque me encuentro muy mal. en leningrado ocurrió una desgracia con mi familia: el 10 de enero murió svetlana, el 14 mi adorada y pequeño sol. anna. el 22 rogneda, y el 25, kira. me he quedado solo. ¿porqué vivo yo? ¿para qué? no lo entiendo." (21 de marzo de 1942)
wikipedia dice lo siguiente:
durante el peor período del asedio de leningrado en el invierno de 1941 a 1942, un equipo de rescate llegó a su casa. encontraron a romanowsky semiinconsciente de hambre y de frío. el resto de su familia había muerto de frío. todos los muebles de la casa habían sido utilizados como leña. un manuscrito de ajedrez que había estado en preparación por romanowsky también se perdió en este momento.
piotr romanowski se repuso del dolor y de la enfermedad, y logró participar en la semifinal del campeonato soviético de 1945 con relativo éxito y falleció el 1 de marzo de 1964.
Estremecedor relato. No imagino el dolor y la desesperación que pudo haber sentido ese hombre ante la muerte de sus hijas. Sobreponerse le Habra costado mucho trabajo pero lo logro.
ResponderEliminarUn abrazo DRACO
la guerra es uno de los peores eventos que puede experimentar la humanidad y lo sufre más que nada, gente inocente.
Eliminarun abrazo.
Cuando creyó que todo había terminado un luz se abrió en su camino.
ResponderEliminarSaludos Draco
dentro de su desgracia tuvo algo de suerte pues, muy fácilmente lo podían haber encontrado muerto de frío y de hambre.
Eliminarsu experiencia es algo explicable por la situación de guerra que vivió. y pensar que su situación se multiplicó por miles en leningrado. terrible.
saludos.
Dios mio, es desgarrador. Pero como dicen , uno llega a una meta y puede morir en paz. Seguro no veía el momento de estar y reunirse ya con su familia.
ResponderEliminarUn beso!
:(
de seguro es una idea que lo acompañaría de por vida hasta el día de su muerte.
Eliminarun beso.
el episodio del asedio de Leningrado fue horroroso, un crimen más que añadir a la extensa lista de los nazis
ResponderEliminarbesos,
los nazis llevaron el horror y la muerte a donde fueron. y todo por seguir a un loco como hitler.
Eliminarbesos.