2000 años de literatura erotica femenina

fuente: liberation
por: frédérique roussel

crítica. una galería femenina de fuertes cabezas, que sabían eludir la censura y el decoro para publicar sus textos licenciosos.

desde la antigüedad las mujeres escriben textos licenciosos. el libro de la historiadora julia bracher reúne a autoras como safo (600 a. c.), louise labé  (baise m’encor, rebaise moy et baise :/donne m’en un de tes plus savoureux,/donne m’en un de tes plus amoureux :/je t’en rendra y quatre plus chaus que braise», 1555) o, más recientemente, pauline réage (histoire d’o, 1954). nos cruzamos con george sand, colette o la amazona arrepentida liane de pougy. la escritura del deseo se inspira en la historia de una conquista de libertad. porque el erotismo es subversivo sobre todo cuando es femenino, e incluso en los años 60. y que una mujer escriba de todo simplemente permanecerá por mucho tiempo. lo más difícil, el informe de julia bracher, no es tanto para afirmar el placer de demostrar que pueden escribir y pensar.

incluso en el siglo de la ilustración, esto no es porque la mujer mantenga un salón que ella es más libre de su cuerpo para ella misma. "en realidad, el libertinaje de espíritu y de costumbres sigue siendo un asunto de hombres, a pesar que la mujer es el objeto . el objeto y no el sujeto", escribió la historiadora que notó que no existen sade ni laclos femeninos.

en esta galería de retratos seleccionados, adornados con ricos y sugestivas ilustraciones, hay muchas fuertes cabezas. suzanne giroust, aventurera bajo la revolución y el directorio, publicó l’Illyrine a los 24 años, una novela juzgada escandalosa donde ella colocó sus numerosos amantes revolucionarios. la morency incluso reivindicó el adulterio, hizo una petición a la asamblea por el divorcio y reclamó para las mujeres el derecho a controlar su destino. cuando emile zola publica nana en 1880, una mujer bajo el pseudónimo maléfico de les cousines de la colonelle: "tú eres el carcaj de esta flecha, linda; es ella la que entra victoriosa en ti para fecundar tu vientre y el inicio a todas las voluptuosidades del amor".

para eludir la censura, las mujeres ocultan sus nombres. en el siglo xix, "ellas serán cada vez más numerosas hasta osar así sin atreverse completamente, audaces detrás de la máscara. a la imagen de un siglo a la vez innovador y pudibundo, revolucionario y afectado". madame de c. osó con amélie de saint-far o la fatale erreur (1802), un clásico de la literatura erótica. ida saint-elme, casanova femelle, juega limpio el juego en sus memorias, particularmente sobre su relación con el mariscal ney. en 1884, marguerite eymery firma, bajo el nombre de rachilde, monsieur vénus, que retendrá 19 cargos de acusación contra él. barbey d’aurevilly la defenderá así: "pornógrafa es, ¡pero tan distinguida!