este escrito está inspirado por las lecturas de obras clásicas para la preparación de un post sobre citas con la muerte como tema específico. pero no teman, la muerte es de lo último que se trata aquí.
era viernes por la noche, no tan tarde, y fernando y virna hacían los primeros escarceos de lo que iba a ser una tumultuosa noche y trasnoche de pasión. se encontraban gozando de profundos besos mientras sus manos recorrían lugares ya no tan secretos por caminos ya un tanto transitados.
en eso tocaron a la puerta del dormitorio conyugal. era alexander, el hijo de ambos de apenas seis años. ellos acomodaron sus ropas como pudieron y lo hicieron pasar. al inquirirle el porqué no estaba acostado en su dormitorio él contestó:
-quisiera que me lean un cuento.
respondiendo más a sus pensamientos que a la petición del niño, virna le preguntó de una manera tan compungida que hizo sonreír a fernando.
-¿justo ahora? -para terminar de añadir- ¿de dónde has sacado que a los niños les leen cuentos a la hora de dormir?
-de la televisión. -terminó por decir alexander mirando tristemente a su padre pues él era su héroe y tenía confianza de que no le iba a fallar.
-pero no tenemos ningún cuento en la biblioteca. será mejor que te vayas a dormir. mañana te compraremos uno. -le dijo su madre.
-yo lo arreglaré. -dijo fernando-, ahora que recuerdo sí hay cuentos en la biblioteca. -y mirando a su esposa, le dijo-, dame veinte, tal vez veinticinco minutos. ya vuelvo.
-"es decir, media hora" -se dijo para sí, virna, pues conocía muy bien a su marido ya que cuando él decía un tiempo de espera predeterminado siempre se demoraba diez minutos más. padre e hijo salieron de la habitación.
-espérame en tu habitación. voy a traer el cuento de la biblioteca. -le dijo su padre a alexander mientras se disponía a bajar por la escalera al primer piso.
ya de vuelta en la habitación de su hijo acercó una silla a su cama y abriendo el libro en una página determinada, empezó a leer mentalmente:
orfeo
no lejos en aquella colina puntiaguda
que corona un anillo de robles, podréis ver
un campo oscuro y yermo, por donde se desliza,
negro y lento, un arroyo profundo, pero angosto,
que los vientos no rizan y al que la hermosa luna
mira en vano, no hallando en él ningún espejo.
luego de un tiempo prudencial, virna vio a fernando entrando al dormitorio con el libro todavía abierto entre sus manos.
-¿ya? -preguntó ella retóricamente mientras aceptaba el libro que él le extendía para que leyera. y al leer las pocas líneas que estaban señaladas de antemano, añadió-. pero esto no sólo no lo habrá entendido sino que hasta lo habrá asustado.
fernando acercándose a su esposa que estaba acostada le iba diciendo mientras le besaba el cuello y le bajaba la tira del sujetador que terminó siendo por último desabrochado.
-yo sólo le hice visualizar este extracto de un largo poema de shelley. él terminó por imaginar un círculo de innumerables y altísimos robles que no dejaban pasar no sólo los rayos solares ni el reflejo de la luna en la cima de una colina, sino que tampoco el viento; con un río en su interior que dividía un territorio donde hadas, gnomos y duendes de vivos colores que alumbraban todo a su paso luchaban contra un dragón por la posesión de una gran piedra preciosa de la cual dependía la vida en ese lugar.
-y a mí, ¿qué cuento me vas a relatar?
-ninguno. más bien soy yo el que va a recorrer suaves y dulces dunas a manos llenas para luego de deslizarme por serpenteantes valles, penetrar por último, la selva negra. -decía fernando mientras estimulaba a su mujer por todas sus zonas sensibles.
-me gusta aquello, lo de penetrar la selva negra. -terminó por decir virna, sin dejar de besar y de jadear.
A esa hora -de la selva negra y eso- Alexander ya debe estar profundamente dormido.
ResponderEliminarBeso DRACO
alexander debe estar soñando que lucha contra un dragón en medio de luces multicolores y fuego.
Eliminarbesos.
Ainschsssss cómo me ha gustado el cuento pero y no sigue más? Me has quedado con ganas de más jajaja.
ResponderEliminarAparte de lo que la ha gustado a ella de lo que ha dicho Fernando, tambien me ha gustado mucho:
"más bien soy yo el que va a recorrer suaves y dulces dunas a manos llenas para luego de deslizarme por serpenteantes valles..."
Como me gusta esta sección nueva, es todo un acierto.
Un beso dulce de seda.
tal parece que fernando se inspira muy bien cuando tiene el cuerpo de virna muy cerca. me alegro que te haya gustado.
Eliminarun beso
te felicito por tu espacio nuevo
ResponderEliminarmuchas gracias.
Eliminarun beso.
El título del post lo dice todo!, ardiente sábado!
ResponderEliminaraunque muchos digan ya que el viernes es un "sábado chico", este último es un día especial por antonomasia dedicado al amor, a la fiesta y a todo tipo de diversión.
Eliminarsaludos.