saturday hot. seduction

y es que sucede así,
cuando una chica es sensual,
puede sentir la explosión
de un volcán del delirio,
si tú la sabes besar,
puede perder el control,
se olvida de su sitio.

                    y es que sucede así
                                   pedro suárez vértiz - arena hash

el cesto de su oficina ya iba ocupado por la mitad por la cantidad de pañuelos desechables que estaba tirando en él cuando tocaron a su puerta.

-un momento. -dijo helena mientras trataba de secar sus lágrimas y componerse un poco. tras un profundo suspiro, luego añadió: -pase.

cuando gabriel hizo su entrada, su pensamiento, a pesar del terrible estado de ánimo en que ella estaba, fue: "¡qué desperdicio de hombre! ¿será verdad el rumor que corre sobre él, aquello de 'soltero maduro, maricón seguro'? hay un par de chicas en la empresa, rosa y cristina, que darían la vida por él y él, ni las mira. por otra parte, todo el mundo lo respeta y se cuidan mucho de hacerle alguna broma de ese tipo. ¡si hasta los jefes lo tratan de 'usted' y de 'señor', todos muy formales!"

-buenas noches. vengo camino del aeropuerto hacia mi apartamento y decidí hacer una parada intermedia para recoger algunas cosas de mi escritorio que necesito. por lo tarde de la hora no esperaba encontrar a nadie y menos a usted que está de cumpleaños.

-"siempre la mirada fija a los ojos de su interlocutor y el lenguaje formal que ya debería haber dado paso a uno más coloquial. más allá del trabajo, nadie sabe en qué ocupa su tiempo libre. hasta lo he investigado a través de las redes sociales para saber cuál es su entorno, qué piensa de nosotros y de la empresa, y nada, como si no existiera." -fue el rápido pensamiento de helena, y para no centrar su atención en lo terrible que debería de estar su aspecto, le dijo, al verle su amplia casaca oscura de cuero boliviano -el mejor de la región- cuyo tiro le llegaba hasta la punta de los dedos, su camisa naranja, su delgada corbata negra y unos oscuros pantalones de gabardina: -hola gabriel, tal parece que te ha ido de lo más bien. y, ¿qué hay de nosotros?

-"creo" que también. -una sutil broma que hizo sonreír un poco a helena. luego añadió: -las reuniones de trabajo en brasil salieron bien; mañana tendrá un informe completo antes del mediodía. pero no me ha contestado. ¿qué hace usted aquí sola en el día de su cumpleaños? por cierto, aquí tengo un presente para usted.

y sacando del bolsillo interior de su casaca una pequeña caja rectángular envuelto en papel de regalo y un lazo rojo en una de sus esquinas, se lo dio extendiendo su mano derecha hacia ella. helena se paró de su asiento y dando unos cuantos pasos bordeando su escritorio se lo recibió dándole las gracias, más un ligero abrazo y un pequeño beso en la mejilla.

su presencia, su calidez, aquel aroma entremezclado de roble y cuero, sumado a su propio perfume y vulnerabilidad emocional, hicieron que helena se estremeciera sin esperarlo ni poder evitarlo. a ambos, los envolvió de repente un ambiente electrizante, cálido, muy especial.

-"afuera debe haber luna llena" -pensó helena con un brillo especial en los ojos, y pasó a decirle: -¿qué?, ¿qué hago yo sola aquí llorando y encerrada en mi oficina en mi cumpleaños?

-sí, ya me di cuenta de los pañuelos desechables encima de su escritorio y lo casi lleno que está el cesto de basura con ellos. ¿tan terrible es cumplir años para usted? -gabriel lo dijo tratando de distender un poco su triste estado de ánimo.

-gabriel, hoy ha sido un día terrible para mí. a primera hora me fui a migraciones para renovar mi pasaporte y, ¿sabes con qué escena me encuentro? con mi novio, a quien no le pedí que me acompañara porque suponía que no iba a tener tiempo, bien alegre dándole mimos y bien agarrado de la mano con una fulana a quien no conozco ni tengo las malditas ganas de saber quién es. allí se terminó todo. estoy cerca de los cuarenta y el reloj corre. para estudiar, llegar a ser una profesional, ir escalando posiciones, y tener cierto estatus alto a nivel social y económico, sacrifiqué muchas cosas. pensé que con él me casaría y tendría una familia. ahora, creo que voy a terminar engrosando esa larga lista de mujeres exitosas, pero solas, que tienen una pareja sin amor sólo para tener sexo ocasional y un poco de compañía. y me duele, me duele mucho llegar a eso.

aquel violento desfogue de tipo confesional que la dejó casi sin fuerzas y más vulnerable -si cabe- en lo emocional, realzó aún más su belleza. gabriel vio su aleonado cabello rubio dorado que cuando los rayos del sol entran en contacto con él, obtiene unas tonalidades rojizas como el que se ve a través de una botella de whisky y el color de sus ojos, no azules ni verdes, como el de una rubia clásica, sino caramelo, en un rostro de contorno ovalado de color perlado, hicieron que todo su ser se alterara. si ni los dioses griegos podrían resistirse ante tanta belleza, pues mucho menos podría hacerlo gabriel que era un insignificante mortal y la tenía muy cerca de sí. así que, tomando aquel rostro de ensueño con ambas manos, besó profundamente esos labios de miel. un beso al cual helena se aferró como a un clavo ardiente como queriendo tener la seguridad de algo que le de un significado a su propia existencia.

y los besos, invasivos e intensos, se repitieron una y otra vez. afuera de hecho había luna llena y helena sintió sus senos vibrar, su sexo lubricar, su cuerpo entero estremecerse ante cada lenguetazo dado por gabriel y unas ganas terribles de ser follada -y si fuera posible, fecundada- ahí mismo, en ese momento.

gabriel, por su parte, al sentir el estremecimiento de helena y su respiración agitada, comprendió que ella estaba "a punto" y procedió a aflojar su cinturón y a bajar la cremallera de su pantalón.

las fuertes y expertas manos de gabriel se pusieron a trabajar y en menos de lo que puede pensarse, la falda y las bragas de helena ya estaban en el piso, así como su sujetador desabrochado liberando de su opresión a un par de grandes tetas muy bien formadas las cuales fueron acariciadas a gusto y paciencia. no contento con eso, él le introdujo tres dedos en su vagina con los cuales sintió su estremecimiento y lubricidad, para luego tomarla de la cintura y sentarla al borde de su escritorio.

y helena, al darse cuenta de lo que gabriel estaba a punto de realizar, le dijo pícara y casi sin fuerzas;

-esto es acoso laboral, señor.

-¿quieres que me detenga? -preguntó él con una sonrisa. a lo que ella contestó con un:

-no. -dicho más como una angustiante súplica que apenas llegó a los oídos de él, que a llegar a tener la fuerza de una exclamación.

y entonces gabriel apuntó su carnosa y erecta virilidad hacia el centro de ella luego de separarle las piernas; y empujó y retiró, para luego volver a empujar y retirar, repitiendo una y otra vez la operación ante una helena gozosa que se sostenía de él.

y desde el inicio, ante cada fuerte empuje de gabriel, helena se dijo para sí: "este es por todos los idiotas que nos traicionan, este otro por todas las furcias quita novios, este, por todas las rosas y cristinas de oficinas que no saben siquiera llamar la atención de un hombre, y este otro por..." pero ella ya no pudo continuar, el placer era tan fuerte que se abandonó a él. gabriel siguió y siguió dándole al asunto hasta que llegó a su propio climax, y generoso, continuó hasta que ya no pudo más y terminó abrazado a helena.

-"paola, la mujer que conocí en brasil cuando fui aquella noche al teatro estuvo fantástica, pero helena es espectacular. por mi parte ya es tiempo también de pensar en 'sentar cabeza'" -se dijo gabriel para sí mismo una vez repuesto, para luego decir en voz alta: -helena, ¿vamos a tu apartamento o al mío?

-al tuyo. recuerda que es mi cumpleaños y no quiero ninguna clase de interrupciones.