saturday hot. tú, yo, él y ella.

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acabo de recordar una historia de porno soft que vi a principios de milenio a medianoche en un canal de cable. aquí va corregida y aumentada.

ramiro era un brillante filósofo y sociólogo que trabaja como funcionario mostrándole tanto al gobierno como a la sociedad, la fría verdad sin maquillaje de la realidad del país. entre sus familiares y allegados causó toda una sorpresa que alguien tan serio, formal y circunspecto no sólo le quitara la novia a philip, un reconocido playboy del jet set, sino, que para consternación de ellos, se casara con ella, pues la consideraban como una mujer de costumbres muy liberales.

- los polos opuestos se atraen, ¿qué se le va a hacer? -fue la opinión generalizada.

- y se casó con marianna a pesar de nuestros consejos y advertencias -fue la opinión de su entorno más cercano.

luego de la boda, los novios fueron a pasar la luna de miel en un hotel al interior del país donde a pesar del cambio de estación de invierno a primavera, había sol todo el año, lo cual no impidió que en el momento en que llegaron hubiera poca gente por ser considerada de temporada baja.

al tercer día de su estancia en el hotel, los flamantes esposos decidieron bajar a la piscina aquella mañana, pero viendo la indecisión de marianna al momento de vestirse, lo cual causaba cierta demora, ramiro decidió adelantársele.

- voy saliendo, te espero abajo. -le dijo su esposo.

marianna no contestó, y vestida con un traje de baño entero de color negro que no la convencía, tenía al frente sobre la parte posterior de la cama, tres bikinis de distintos colores sin decidirse a colocarse uno de ellos.

- a ver, el negro hace un bonito contraste con el color blanco de mi piel, el amarillo hace juego con el rubio de mi cabello y el azul va muy bien con el celeste de mis ojos. -se dijo para sí misma.

al final se decidió por el bikini azul y ni bien ella se quitó el traje de baño entero que llevaba puesto dejándolo a un lado y colocarse la parte inferior del bikini, cuando sintió las fuertes manos de un hombre acariciándole los pechos descubiertos viniendo por detrás de ella quien estaba de espaldas a la puerta.

- cariño, ¡wooow! ¿no has tenido suficiente estos días?

ella no obtuvo contestación. más bien aquellas manos luego de masajearle los pechos a discreción, bajaron por su abdomen plano hasta perderse una de ellas al interior de la parte inferior del bikini ejecutando un rápido juego de dedos al interior de su vagina y su clítoris, lo cual hizo que diera un gemido.

cuando aquel delicioso juego cesó, las manos del hombre le acariciaron los costados de su cuerpo volviéndole a acariciar los senos. para luego irlos bajando muy lentamente en su camino de regreso.

- ¡oh! ¡cuánta fantasía! ¡tú sí que sabes cómo tratar a una mujer!

las manos sujetaron la parte inferior del bikini y lo bajaron hasta tocar el piso; a continuación, con una leve presión sobre la espalda de marianna hicieron que ella se incline hacia adelante hasta hundir su rostro en el edredón sobre la cama. así expuesta, el hombre le separó las piernas y con ambas manos, una después de la otra, le dio sendas nalgadas que hicieron que ella exclame:

- ¡qué salvaje! ¡cuánta violencia! ¡oh!

fue entonces cuando el hombre, separándole las nalgas, la penetró por detrás, originándole a marianna nuevos gemidos de placer. las manos de él sujetaban fuertemente las caderas de ella y el empuje pélvico que al principio fue lento, alcanzó un gran frenesí que terminó con un orgasmo al unísono que a él le pareció interminable y a ella no tanto, queriendo aún más.

una vez repuesto y más calmado, el hombre se separó de ella y le subió la parte inferior del bikini. cuando ella se repuso logrando salir de la posición en que estaba, cogiendo de paso la parte superior del bikini azul para colocárselo, se dio con una gran sorpresa al darse la vuelta, pues tenía a un completo extraño frente a ella.

- ¡usted no es mi marido! -exclamó asombrada frente a él con los pechos todavía descubiertos.

- lamento profundamente no serlo, señora, es usted demasiado hermosa y ya me gustaría que fuera así -le dijo con la mayor flema y tranquilidad, para luego agregar-. mi función aquí es cambiar las sábanas y dejar todo en orden en los dormitorios. en cuanto a su marido, me lo crucé en el ascensor; y por su indumentaria y la gran toalla blanca que llevaba al hombro deduzco que se dirigía a la piscina. en estos momentos debe de estar echado en alguna tumbona.

marianna estaba absorta contemplando al guapo joven que tenía al frente. "en vez de estar cambiando sábanas debería ser modelo de pasarela o actor". pensó. aquella fuerte y penetrante mirada de ojos claros la perturbó al grado de hacerle temblar las piernas, pero aún con todo, reponiéndose, le dijo mientras se dirigía hacia la puerta:

- bien, será mejor entonces que me le una -le dijo, colocándose la parte superior del bikini, agarrando luego una gran bolsa playera y su gran toalla blanca.

cuando se disponía a traspasar la puerta, una corriente eléctrica le recorrió desde la cabeza hasta los talones. ella no volteó pero estaba segura que aquel joven recorrió con sumo placer toda su espalda con aquellos fuertes e intensos ojos azules que hace tan sólo unos momentos le quitaban el aliento.

mientras tanto, en la piscina, ramiro, aunque estaba en la parte alta de ella disfrutando de los ya intensos rayos solares sobre su pecho, estaba un poco fastidiado ante la demora tanto de su mujer como de la bebida que había pedido.

- pero, ¿qué tan difícil puede ser ponerse un trapo u otro encima para venir a la piscina? y, ¿a qué hora llegará la bebida que he pedido?

ni bien su voz se había extinguido y como tenía el codo apoyado en el borde de la piscina con la mano levantada, sintió que alguien le colocó un vaso en ella. y pensando que era su mujer, pues la tenía a su espalda, le dijo:

- ¡ah, ya llegaste! ven, desnúdate y métete a la piscina a disfrutar de estos fuertes rayos solares.

como la joven, la noche anterior había tropezado y volcado un trago sobre el traje de una clienta ganándose una fuerte reprimenda de su jefe por su ineptitud, queriendo no fallar de nuevo, se soltó el largo cabello negro que tenía recogido y desnudándose rápidamente se metió a la piscina detrás de ramiro, que sintiéndola, le hizo espacio para que pudiera hacerlo con comodidad.

- ahí en el borde, está el bronceador, échame un poco en el cuello, espalda y brazos.

en esas estaba la joven, toda desnuda echando bronceador en cuello y espalda, cuando marianna se aparece, y colocándose en una posición donde pudiera ser vista por ramiro, le dijo:

- pero, ¿qué es esto? ¿es que no se va poder perderte de vista ni siquiera por unos minutos que ya te conseguiste otra mujer?

- cariño... tú... yo... -y volteando mirando a la joven le dijo- y tú, ¿quién eres?

- la encargada de traerle su bebida, señor -le dijo toda azorada y asustada.

como la joven hiciera un movimiento donde daba a entender que se iba, marianna la detuvo con un ademán y dirigiéndose a ramiro, mientras al mismo tiempo se desnudó metiéndose a la piscina, le dijo:

- al menos tienes buen gusto. es una chica joven y muy bonita.

marianna ya dentro de la piscina besó intensamente a su esposo y luego de eso acarició suave y dulcemente el rostro de la joven a la que también terminó besando; lo cual aprovechó ramiro para colocarse detrás de ella y recorrer su cuerpo con ambas manos. una vez que ellas se separaron, ramiro besó a la joven mientras que los dedos de su esposa se perdían en la vagina de la muchacha.

así estuvieron yendo de uno a otra y de otra a otra, prodigándose besos y caricias que terminaron cuando marianne salió de la piscina para ayudar a ramiro a colocar sentada a la joven al borde de la piscina. hecho esto, ramiro le separó las piernas a la muchacha y le practicó sexo oral mientras ellas se besaban. lo mismo hizo ramiro con su esposa cuando ella se sentó a su vez al borde de la piscina al lado de la joven quien aprovechó para volverla a besar intensamente. una vez acabado esto, y como ramiro había gozado con las dos, dejó que ellas se dieran placer mutuo con un interminable sesenta y nueve.

una vez que terminaron, ramiro salió de la piscina, y colocándose encima de la joven, la folló tan intensamente que ambos alcanzaron un gran orgasmo donde los fuertes gemidos de la joven fueron silenciados por la boca de marianna quien le prodigó un beso de lo más profundo y placentero.

en la noche de aquel día, aquel joven de ojos claros y aquella joven de larga cabellera negra estaban juntos, pues eran pareja. y ella, desnuda, sentada a horcajadas encima de él le dijo:

- cariño, y, ¿cómo fue tu día?

- pues, como siempre, de lo más normal, cambiando sábanas y dejando listas las habitaciones. y a ti, mi amor, ¿qué tal te fue?

- bueno, mejor que ayer, que volqué sin querer aquel trago sobre el traje de aquella dama. esta vez apenas me demoré unos segundos en alcanzarle la bebida a un cliente. todo tranquilo y normal durante el resto del día.